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No dilaté...

Foto del escritor: GestaluzGestaluz

Desde 1985 la OMS recomienda que no más del 10-15% de los partos debieran ser cesáreas. Estas cifras están muy lejanas al 43% que ostenta el sistema público de salud y al escandaloso 72% del sistema privado en Chile (sí, 7 de cada 10 nacimientos en clínicas son cesárea).


Ahora bien, la cesárea en sí misma no tiene nada de malo. Es una intervención que ha salvado vidas y que se agradece cuando está bien indicada. El tema es que a la luz de los números, hay un sobreuso de un recurso de manera injustificada, siendo que la cesárea es una cirugía mayor que implica riesgos. Si 7 de cada 10 mujeres tuviéramos problemas para parir nos habríamos extinguido como especie hace millones de años.


Entonces, ¿Qué está pasando?


La respuesta es múltiple. Hay muchos factores implicados. Pero hoy, quiero hablarles un poco acerca de cómo desconocer la fisiología del parto y su naturaleza emocional, nos ha puesto difícil la tarea (cuando en realidad es un instinto) de parir a las mujeres.


Como mencioné, el parto es un instinto mediado por nuestras emociones que requiere de ciertas condiciones ambientales y emocionales para desencadenarse de manera fluida. La principal hormona del parto, llamada oxitocina (que nada tiene que ver con la que se usa para inducir o acelerar partos), es una hormona tímida. Se inhibe cuando hay adrenalina, que es una hormona que secretamos cuando nos sentimos amenazadas. Además, se requiere para la adecuada progresión de un parto, un ambiente de intimidad.


¿Será que un pabellón - helado, lleno de luces, donde entra desde el personal de aseo, pasando por estudiantes, enfermeras, matronas, personal administrativo y quien sabe quien más, con una mujer muerta de miedo, que se siente insegura, expuesta, observada y además acostada (eso da para otro artículo) - es el mejor lugar y situación para parir?



Deberíamos cuestionarnos más las condiciones en que parimos. ¿Por qué las mujeres parecemos no ser capaces de dilatar el cuello del útero cuando en realidad nuestro cuerpo está diseñado para eso?. Las mujeres podemos parir. Pero, por muy instintivo que sea, los factores externos están afectando el proceso.


Por eso, conocer la fisiología del parto, su origen emocional y respetar los tiempos, preferencias y necesidades individuales de cada mujer, protegiendo su intimidad son las mejores herramientas para parir. Informarse y empoderarse del parto como lo que es, parte de nuestra vida sexual, es la invitación.


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